1.- EL DEDO PULGAR: Es el que está más cerca de tí. Así que comienza orando por aquellos que están más cerca de ti; son los más fáciles de recordar. Ora por los que amamos es una dulce tarea.
2.- EL DEDO INDICE: Ora por los que enseñan, instruyen y curan. Ellos necesitan apoyo y sabiduría al conducir a otros por la dirección correcta. Mantenlos en tus oraciones.
3.- EL DEDO ALTO O MAYOR: Nos recuerda a nuestros líderes. Ellos necesitan la dirección divina.
4.- EL DEDO ANULAR O DEL ANILLO: Sorprendentemente este es nuestro dedo más débil. El nos recuerda orar por los débiles, enfermos o atormentados por problemas. Ellos necesitan tus oraciones.
5.- EL DEDO MEÑIQUE O PEQUEÑO: Es el más pequeño de todos. El meñique debería recordarte orar por ti mismo. Cuando hayas terminado de orar por los primeros cuatro grupos, tus propias necesidades aparecerán en una perspectiva correcta y estarás preparado para orar por ti mismo de una manera más efectiva.
RECUERDALO SIEMPRE Y ASI ORARAS POR TODOS
(Jaime Duarte Q.)
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