A la hora de pintar una habitación, elegimos un color que "quede bien", que esté "de moda" o que nos guste. Probamos, mezclamos y comparamos diferentes tonos y meditamos nuestra decisión final, porque consideramos que el color es un factor estético fundamental.Pero la elección de un color revela más que nuestros gustos, un estilo o una moda. Revela nuestras emociones, nuestra personalidad y la cultura en la que estamos insertos. Los colores reflejan quiénes somos.... y quiénes somos en determinado momento. Esta relación entre los colores y nuestro estado de ánimo se expone rápidamente en expresiones comunes como "ver la vida color de rosa" o "ver todo negro".
La ciencia ha descubierto que los colores evocan diferentes reacciones en las personas: pueden estimularlas, tranquilizarlas, irritarlas, deprimirlas, aumentar su apetito, etc... El color de una habitación puede inhibir o estimular determinadas conductas. Por ejemplo, una habitación pintada de color amarillo puede dificultar el sueño, mientras que una pintada de rojo es muy probable que estimule sexualmente a una persona. Los ambientes con colores cálidos -como rojos y naranjas- incitan a la actividad física, mientras que los azules y verdes son ideales para la concentración mental.
Un determinado color puede aumentar la productividad de los trabajadores en una fábrica, acelerar la recuperación de los pacientes en un hospital o mejorar la concentración de los alumnos en un aula, mientras que otro puede ocasionar el efecto inverso. Los consultorios médicos suelen estar pintados en grises o rosas pálidos, porque se estima que estos colores bajan los niveles de ansiedad de los pacientes. Contrariamente, en los casinos abunda el color rojo en alfombras y cortinas, porque -aparentemente- las personas se sienten más proclives a arriesgarse ante el rojo.
No sólo el color influye en nuestra reacción, sino también su intensidad, su contraste con otros, su saturación, su marco (si aparece en determinada forma o imagen), su brillo y su combinación. Un azul pálido no tiene el mismo efecto que un azul eléctrico y -definitivamente- no reaccionamos del mismo modo ante un arma pintada de negro, que ante una pintada de rosa.
El color también tiene efectos en nuestra percepción del mundo físico, como la temperatura, el peso, el paso del tiempo y el espacio. Respecto al último, cualquier decorador nos recomienda pintar una habitación de dimensiones reducidas con colores claros, para percibir ese lugar como más espacioso. En un experimento, se llevó a un grupo de personas a una habitación pintada de azul y luego a otra pintada de rojo. Se les pidió que dijesen en cuál habitación habían sentido más calor. La mayoría respondió que en la roja... cuando -en realidad- ambas estaban a una misma temperatura, tenían el mismo tamaño y la misma ventilación.
A la influencia psicológica y de percepción, se suma el simbolismo cultural de los colores, que también afecta nuestra relación con ellos. Cada color provoca una determinada imagen en nuestra mente. Por ejemplo, asociamos el rojo a la guerra y la violencia; el negro a la muerte; el verde a lo natural, etc... Pero un mismo color tiene diferentes significados en diferentes culturas: mientras el verde es un color sagrado para los islámicos, porque es el color de la bata del Profeta, en Irlanda es considerado el color de la prosperidad, porque es sinónimo de una tierra fértil que asegurará comida para el pueblo. En Occidente, el negro es considerado un color serio, dramático y triste: es muy difícil encontrar un bebé -o una novia- vestidos de negro, pero sí es factible encontrar personas vestidas de ese color en un funeral. Sin embargo, en Oriente el negro es un color con connotaciones positivas.
¿Sabe por qué hay tan pocos alimentos color azul? Además de que el azul es un color poco habitual en la naturaleza, se debe a que es un color asociado a los venenos y productos artificiales. Esta es la razón por la cual las personas tienden a rechazar comidas de color azul. El verde, el rojo y el marrón son los colores más "apetitosos". Muchos cocineros utilizan el rojo para decorar sus platos, por sus efectos estimulantes.
Quienes se dedican a la publicidad y al marketing, son muy conscientes de la influencia de los colores en la percepción de las personas. Saben que un producto puede tener un impacto totalmente distinto, si se modifica su color, o el de su envase. Las organizaciones también utilizan el efecto de los colores en las emociones y sus significados culturales, para el diseño de sus comunicaciones, desde los sitios de Internet, a los uniformes del personal, pasando por los avisos gráficos y televisivos, los logotipos y la papelería institucional.
El color es luz y la luz es energía. Ahora que conoce la influencia que tienen los colores en su vida, comience a prestar más atención a su elección en la decoración, la vestimenta y las comunicaciones. Rodéese de colores que le ayuden con sus tareas, que le provoquen sentimientos positivos y que energicen su creatividad!
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